Regreso.

Hola amigos. Parece mentira que haya pasado más de un mes desde mi última entrada en este blog, pero me ha parecido que hoy es el mejor día para retomarlo. Antes de explicaros mi motivo para elegir hoy, os explico porqué no he escrito nada aquí.

Es un poco triste que te dediques a abrirte en canal, escribiendo sobre ti, tus gustos, tus cosas, tu vida en general, para comprobar que no le interesa a nadie. Esa era la percepción que tuve los últimos días, hasta cierto punto justa. No es que pretenda que me lean cientos de personas y que todos me aplaudan, pero sí desanima no sentirte apoyado.

Agosto es un mes que de por sí detesto, nunca me ha gustado. Y este año, por motivos personales, se me ha hecho más cuesta arriba. Por eso, seguí escribiendo mi novela y dejé aparcado este blog. En este mes he pensado mucho sobre si era mejor dejarlo o retomarlo y he llegado a la conclusión que uno no puede tirar la toalla tan pronto, voy a seguir escribiendo sin parar. Es cierto que hasta ahora, parece una aglomeración de publireportajes, pero hay que tener en cuenta que son las primeras tres o cuatro entradas, ya irán saliendo otros temas. Vamos, que es necesario hacer autocrítica para avanzar en esta vida, ver en qué fallas para remediarlo y potenciar tus aciertos. Eso en todos los temas. Por lo que me reafirmo y voy a volcarme más en este pequeño rinconcito que tengo en internet.

Y ahora lo positivo, el porqué he escogido hoy para volver. Hoy se cumple el primer aniversario de esa noche en la que empecé a investigar por internet nombres de localizaciones, para poner un nombre original, inventado, a mi novela.

Por un momento voy a retroceder en el tiempo. Año 2017. 22 de mayo. Se emite en España, un día después de Estados Unidos, las dos primeras partes, de dieciocho, de la tercera temporada de una serie que me ha impactado personal y artísticamente, Twin Peaks. Me llevé un gran impacto emocional tras ver esas dos primeras partes y se abrió en mí una necesidad de escribir que hacía años creía casi olvidadas, porque no me sentía capacitado para plasmar en la pantalla de mi PC lo que mi imaginación inventaba. Allá por el año 2013 comencé una novela, pero no fui capaz de escribir más de dos páginas. Eso ya fue un milagro, ya que fue la primera ocasión en la que pude escribir un comienzo sin sufrir el denominado "Síndrome de la hoja en blanco". La sensación de frustración y decepción conmigo mismo fue gigantesca, me acompañó hasta el 2017. Siempre tuve en mente esa historia comenzada y la anterior, esa primera historia tan surrealista, misteriosa que imaginé diez años antes. Incluso llegué a hacer fotos en Matalascañas a algunas zonas de playa y del pueblo, en un intento de provocar a mi propia imaginación. Qué equivocado estaba... Fueron años en los que tenía esa espinita clavada, había gente, profesionales, que siempre me han dicho que tenía talento e inteligencia, pero no confiaba en mí mismo y mis capacidades. Hasta ese 22 de mayo. Bueno, un pelín después, alguna semana, para ser más exactos, ya que cuando se emitió no pude verlo porque estaba revisionando las otras dos temporadas y la película, para tenerlo todo fresco en mi memoria. En los meses en los que me senté a ver cada parte- sí, digo parte porque esta temporada es en realidad una película de 18 horas, no una serie en sí-, fue creciendo en mí la necesidad de escribir y plasmar esas sensaciones y sentimientos que afloraron en mi interior. Cuando ví la última, me dije a mi mismo "Carlos, es ahora o nunca. Tienes que intentarlo por última vez o dejar de engañarte y engañar a los demás, porque no vas a ser escritor nunca" y en efecto, me puse con ello. Lo primero fue tirarme una noche mirando nombres. Una tarea un poco desesperante porque cada nombre que se me ocurría, lo ponía en el buscador de Google y existía, por muy raro que me pareciera el nombre en cuestión. Hasta que por fín se me ocurrió el ideal, que hasta ahora no existe.

Por razones obvias no puedo decir ni una sola palabra de mi libro, tengo que esperar a que se publique y que la gente lo lea, pero sí voy a hablar de lo que ha significado para mí. Cuando comencé a escribir, eran pequeñas poesías, en las que me desahogaba. Más que nada era un mecanismo de desahogo y poder vomitar la tristeza que llevaba dentro, por lo general por decepciones amorosas, aunque las primeras fueron para evadirme de la triste realidad de un crío que está interno en un colegio, lejos de su madre y hermanos. Para mí esta novela está significando ver una luz en el futuro, demostrarme a mí mismo que puedo hacer cosas, que puedo trasmitir sensaciones, puedo ser creativo, aportar algo. Puedo ser útil y sentirme realizado. Está siendo reconfortante y muy gratificante. Hay días en los que dudo el camino a seguir, que no sé por dónde tirar, pero la magia hace que el día siguiente, me ponga ante el ordenador y se me ocurran ideas que ni yo mismo me creo que puedan salir de mi cerebro. Amo esta novela, amo sus lugares, sus personajes, sus historias... Amo su misterio... Es un motivo más para vivir, para ser optimista, para no darle tantas vueltas a la cabeza. Para mirar al futuro con ilusión. Que si alguien me pregunta <<¿A qué te dedicas?>> tengo una respuesta bien clara que digo con orgullo, decisión e ilusión, <<Escritor>> (Acto seguido aclaro que estoy con mi primera novela, pero vamos, que ahí estamos ja ja ja ja)

Espero poder dar novedades pronto, tengo claro que si nadie me la publica, la publicaré yo, pero esta historia verá la luz SÍ o SÍ.

Mientras me despido por hoy, dejando unas fotos de esa serie a la que debo tanto, Twin Peaks. Una es la entrada al pueblo, famosa foto desde que comenzó la serie. Las otras dos, son de algunos personajes que volvieron en esta tercera temporada. La primera foto, que encabeza esta entrada, me la hice el 21 de julio, para haber escrito otra entrada, similar a la de hoy, pero como estaba con esa negatividad, lo aparqué.

Gracias a quien dedique unos minutitos de su valioso tiempo leyendo este blog, para mí es valiosa toda persona que lo haga, porque con eso está valorando mi tiempo, mis sentimientos y pensamientos.

Carlos